Días de niebla espesa como el que me ha tocado sufrir esta mañana -y hacía mucho tiempo que no veía esto por los lares en los que vivo-, me dan mucho que pensar. Ese largo periodo de tiempo en el que estás encerrado en el coche, en medio de ninguna parte (definida, pero como si no), y en el que estás literalmente atrapado sin salida posible y, lo que es peor, sin ninguna explicación por parte de nada ni nadie, te dan cancha suficiente para pensar y reflexionar acerca de muchas cosas...
Y si, para mas inri, como tecnológicamente tu empresa te tiene "hiper-dotado", y en pleno caos circulatorio tu jefe te envía un par de mensajes en los que te acaba de tocar los cojones ya a primerita hora de la mañana: ¡QUÉ CAPULLO!, es lo más suave que me sale, -incluso antes de que empiece tu teórica jornada laboral-, pues la verdad es que te dices para tus adentros "¿qué poca importancia tienen algunas cosas que internamente sobredimensionamos?" "¿y qué poco valoramos casi siempre todo lo mucho y bueno que tenemos?"
En este sentido quiero confesaros que me gustaría ir esgrimiendo algunos de mis pecados: yo, que siempre me he considerado una persona afable y carácter muy abierto y sincero, "confieso" que de un tiempo a esta parte se me ha agriado el humor y que se me puede considerar no solo un inconformista recalcitrante, mas bien un gruñón.
Además, últimamente, hablando con personas principalmente del género femenino de treinta y tantos-, he de deciros que ni ellas mismas se comprenden la gran mayoría de las veces, pero que todas esperan de nosotros una comprensión y un saber estar, y un adivinar lo que les apetecería en cada momento, que me vuelve loco; porque, entre otras cosas, con el paso de los años, la frescura de adoslescencia -¡mentira!-, pero si de juventud, se va disipando y evaporando como esa espesa niebla que me ha acompañado en las primeras horas de la mañana, pero, como siempre, al final siempre hay un atisbo de luz que algunas veces, te aclara las ideas y te salva de la quema..., aunque solo sea provisionalmente.
Besos y abrazos gor2 para tod@s... Y buen finde.
PD: Espero poder esmerarme un poco más y escribir a diario, aunque los fines de semana sigue siendo complicado.
PD2: Me confieso (2): Yo también escribo desde la oficina.
Y si, para mas inri, como tecnológicamente tu empresa te tiene "hiper-dotado", y en pleno caos circulatorio tu jefe te envía un par de mensajes en los que te acaba de tocar los cojones ya a primerita hora de la mañana: ¡QUÉ CAPULLO!, es lo más suave que me sale, -incluso antes de que empiece tu teórica jornada laboral-, pues la verdad es que te dices para tus adentros "¿qué poca importancia tienen algunas cosas que internamente sobredimensionamos?" "¿y qué poco valoramos casi siempre todo lo mucho y bueno que tenemos?"
En este sentido quiero confesaros que me gustaría ir esgrimiendo algunos de mis pecados: yo, que siempre me he considerado una persona afable y carácter muy abierto y sincero, "confieso" que de un tiempo a esta parte se me ha agriado el humor y que se me puede considerar no solo un inconformista recalcitrante, mas bien un gruñón.
Además, últimamente, hablando con personas principalmente del género femenino de treinta y tantos-, he de deciros que ni ellas mismas se comprenden la gran mayoría de las veces, pero que todas esperan de nosotros una comprensión y un saber estar, y un adivinar lo que les apetecería en cada momento, que me vuelve loco; porque, entre otras cosas, con el paso de los años, la frescura de adoslescencia -¡mentira!-, pero si de juventud, se va disipando y evaporando como esa espesa niebla que me ha acompañado en las primeras horas de la mañana, pero, como siempre, al final siempre hay un atisbo de luz que algunas veces, te aclara las ideas y te salva de la quema..., aunque solo sea provisionalmente.
Besos y abrazos gor2 para tod@s... Y buen finde.
PD: Espero poder esmerarme un poco más y escribir a diario, aunque los fines de semana sigue siendo complicado.
PD2: Me confieso (2): Yo también escribo desde la oficina.
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