En su momento empecé este blog como una forma de comunicarle al mundo lo desgraciado que una persona de 36 años, casada, y con toda una vida por delante, podría llegar a ser...
Pero las cosas, afortunadamente, cambian. Y no solo cambian porque tienen que cambiar, o porque "las malas rachas" no pueden ni deben durar eternamente, sino porque un día te levantas y te empeñas en alcanzar una meta, un mal o un bien necesario, pero "un algo" con lo que tu te encuentras a gusto, un punto de equilibrio, que te permite ver la vida de otra manera, incluso de disfrutar de la vida.
En resumidas cuentas, no es que haya alcanzado ni mucho menos la felicidad plena, pero al menos vivo mucho más tranquilo que en los meses anteriores. Incluso me he quitado un poco de la cabeza eso de que con 36 años era una especie de "viejo prematuro", y ya hasta salgo y me divierto y todas esas cosas que hace la gente de mi edad sin, todavía, la responsabilidad de la paternidad.
Incluso profesionalmente me tomo las cosas de otra manera. Disfruto más de muchos momentos y disfruto con lo que hago, pero como soy ambicioso por naturaleza, no me conformo con mi actividad profesional, y me he metido en una especie de ruleta de extras que realmente no se dónde me van a llevar, pero con los que me encuentro placenteramente a gusto, y que han cubierto aquello que ya comenté hace bastante que me exigió mi mujer: mi espacio y mi tiempo que, obligatoriamente y no siempre, tenían que ser su espacio y su tiempo... pero me ha costado comprenderlo y asimilarlo, además intentar de trabajarme otra de mis asignaturas pendientes: la conciliación de las vidas profesional y personal, aunque aquí de vez en cuando sigo fallando para mi mujer, pero ¡qué se le va a hacer!, el trabajo es el trabajo, y desgraciadamente es de lo que vivimos: aunque me quiero quitar esa losa de encima de VIVIR para TRABAJAR, por la de TRABAJAR para VIVIR. Creo que también lo estoy consiguiendo.
Como siempre, besos y abrazos gor2 para tod@s.
Pero las cosas, afortunadamente, cambian. Y no solo cambian porque tienen que cambiar, o porque "las malas rachas" no pueden ni deben durar eternamente, sino porque un día te levantas y te empeñas en alcanzar una meta, un mal o un bien necesario, pero "un algo" con lo que tu te encuentras a gusto, un punto de equilibrio, que te permite ver la vida de otra manera, incluso de disfrutar de la vida.
En resumidas cuentas, no es que haya alcanzado ni mucho menos la felicidad plena, pero al menos vivo mucho más tranquilo que en los meses anteriores. Incluso me he quitado un poco de la cabeza eso de que con 36 años era una especie de "viejo prematuro", y ya hasta salgo y me divierto y todas esas cosas que hace la gente de mi edad sin, todavía, la responsabilidad de la paternidad.
Incluso profesionalmente me tomo las cosas de otra manera. Disfruto más de muchos momentos y disfruto con lo que hago, pero como soy ambicioso por naturaleza, no me conformo con mi actividad profesional, y me he metido en una especie de ruleta de extras que realmente no se dónde me van a llevar, pero con los que me encuentro placenteramente a gusto, y que han cubierto aquello que ya comenté hace bastante que me exigió mi mujer: mi espacio y mi tiempo que, obligatoriamente y no siempre, tenían que ser su espacio y su tiempo... pero me ha costado comprenderlo y asimilarlo, además intentar de trabajarme otra de mis asignaturas pendientes: la conciliación de las vidas profesional y personal, aunque aquí de vez en cuando sigo fallando para mi mujer, pero ¡qué se le va a hacer!, el trabajo es el trabajo, y desgraciadamente es de lo que vivimos: aunque me quiero quitar esa losa de encima de VIVIR para TRABAJAR, por la de TRABAJAR para VIVIR. Creo que también lo estoy consiguiendo.
Como siempre, besos y abrazos gor2 para tod@s.
